miércoles, 19 de enero de 2011

Palabras de la presidenta del Patronato de Amparo Social Laura Días de Espín

“Yo Laura Díaz de Espín entiendo  que  hay,   en  el   caso  presente  de  Latacunga,   dos  tipos  de  personalidades los   que  llamaríamos  solitarios   empedernidos,   sin   posible   redención   dentro   del   orden   humano,   y los  capaces  de  sincero  arrepentimiento, sincera ayuda colaboritaria, las personas que se sienten bien ayudando a los demás,
los  redimibles,   los  adaptables  a  la  vida  social   del    patriotismo.  
En   cuanto   a   los   primeros,   no   deben   retornar   a   la   sociedad; porque no existe persona solas sino mas bien personas que no quieren incorporarse a la sociedad   que   expíen   sus   culpas   alejados   de   ella,   como   acontece   en   todo   el   mundo   con   esa   clase   de  solitarios.  
Respecto   de   los   segundos,   es   obligación   nuestra   disponer   las   cosas   de  suerte que  hagamos posible su redención.
 ¿Cómo ayudar? 
Por medio del trabajo social ayudando a quienes lo necesitan sabiendo y conociendo que nuestra ayuda brindará felicidad a grandes y pequeños que forman parte de la sociedad latacungueña”
A   los   primeros   les   será   reservado   el   paredón   o   largas   condenas   de     soledad y abandono cuyo cumplimiento sobrepasó, en algunos casos hasta que llegue el día de su muerte. Los segundos, los  redimibles, pasaron a ser objetivo de una compleja política que buscaba su doblegamiento y sumisión a  los  valores  del   régimen,   en un  proceso  paralelo  de   desnaturalización  de  aquellos  otros valores  que  habían  defendido   durante  la  etapa  republicana  y  que  habían  conformado  su      identidad. La identidad solidaria que vivirá y morirá con nosotros.
El trabajo ejecutado en el Patronato de Amparo social de Latacunga  es ejecutado con excelente conducta y rendimiento normal, aceptado como acto de   sumisión   y   de   reparación  que   redime   un   tiempo   igual   al   que   se  
emplea   en él, contándose cada día del trabajo por un día de reclusión. Ayudando a quien en verdad lo necesita.”

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